lunes, 4 de febrero de 2013

Bonitas madrugadas

Me gusta ocasionalmente, en la madrugada, pararme en justo en medio de la calle, vestido para dormir, playera vieja y pijama, sentir el frescor de las tempranas horas, estirar los brazos, voltear hacia arriba y mirar y mirar las estrellas, tratar de contarlas, buscar alguna estrella viajera, ver como parpadean, bajar la mirada para descansar mi cuello, repetir y volver a casa a esperar otra vez la noche para hacerlo de nuevo.

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